Sin
darme cuenta, ya estaba en Hogwarts. Volviendo a la rutina, con mis
amigos y con mis no amigos. El "casi beso" con Adam estuvo
presente durante el resto de las vacaciones,
no podía de dejar de pensar que hubiera pasado si Stan no hubiera
aparecido. Hasta soporte mejor todos los cariñitos de Rebecca hacia
Stan, me resbala, solo pensaba en Adam.
Nunca
llegue a preguntarle a Stan lo que había hablado con Adam,
seguramente cosas de hermano mayor.
Llegue
ilusionada al colegio, rescontrándome con todos. Le conté todo lo
pasado en Nochebuena a Natalie, se emocionó más que yo. Estas
saliendo con el chico más guapo del colegio después
de Sam
me repetía una y otra vez.
Pero
esa ilusión se esfumo con los días, Adam no me dirigía ni la
mirada. Pensé que era por vergüenza, pero después de 2 semanas me
parecía raro, intente hablar con él, me esquivaba. Hasta que por
fin logre hablar con él, y creo que fue lo peor que hecho en mi
vida. No
te hagas ilusiones, el ponche me sentó mal, además ni se considera
un beso.
Fue lo único que me dijo. El golpe que se llevó de mi parte fue
increíble, tanto que hasta sangro de la nariz, no la rompí, que
pena. Así que mi alegría se esfumo. Como le odio.
Menos
mal que están mis amigos, la clases con Teddy para desahogarme
(aunque siempre me controlo mucho con el) y la profesora Trelawney,
que cada día está más loca. Ahora quiere que escriba mis sueños,
por si acaso son proféticos. Todos los días me tengo que
inventármelos, porque la mayoría de mis sueños son con Adam y
estoy segura que estos no se van a cumplir.
Estábamos
a lunes por la mañana, ahora teníamos Defensas contra las Artes
Oscuras con el profesor Thurston. El llego, pronto como siempre.
-Levántense-Todos
le hicimos caso y con un chasquido hizo desaparecer todos los bancos
y mesas- Hoy tendremos una clase práctica muy sencilla. Pónganse en
fila.
Seguimos
sus órdenes y nos pusimos en fila, yo estaba más o menos al final
de la fila.
-Hoy
trabajaremos con unos seres que todos ustedes conocen, y que todos
han
vencido en cursos anteriores- Con un movimiento de varita apareció
un armario pequeño de madera. El armario se movía, como si hubiera
alguien dentro de el- ¿Alguien sabe que hay dentro del armario?
-Un
boggart, señor. -Dijo Adam
-Perfecto,
señor Bennet. El Ministerio quiere entrenarles mejor y dijeron que
todos los años se enfrentaran a sus miedos más profundos.
-Yo
nunca me enfrentado a un boggart-dije en bajo a Natalie.
-No
te preocupes, el
profesor está aquí no ayudara.
Eso
no me aliviaba para nada. Entonces empezó la práctica. Vi como
todos pasaban sus prácticas sin problemas. Había todo tipo de
miedos, por ejemplo a Jerry le dan miedo las abejas, a Marcus (amigo
de Bianca, al que Cassidy disloco el hombro) le da miedo que se le
caigan los dientes, a una de mis compañeras de habitación tiene
miedo de que la gente le dé lado por enamorarse de squib (cosa que
nadie hizo, solo hubo risas por parte de Bianca y su grupo). Algunos
miedos eran tontos comparados con el mío. Otros eran muy raros, como
el de Binca y Adam, su miedo era yo. No lo entendía, yo ni nadie. Y
me parecía muy raro que usaran contra "mi" el hechizo Ridiculus.
Por
otra parte, también había miedos relacionados con la familia, como
el de Natalie, que su gran miedo es decepcionar a su familia, por no
cuidar a su hermano, que según ella es el único que tiene futuro en
su familia. Cosa de la que
estoy completamente en desacuerdo, como puede pensar que ella no es
nada en su familia. No se valora como debería.
También, pude descubrir algo en la historia de Sam, ya que su peor miedo se manifestó en forma de mujer, una mujer esbelta de cabellos oscuros. Sam se puso blanco como la tiza y en menos de dos segundos la hizo desaparecer. ¿Quién será esa mujer?
También, pude descubrir algo en la historia de Sam, ya que su peor miedo se manifestó en forma de mujer, una mujer esbelta de cabellos oscuros. Sam se puso blanco como la tiza y en menos de dos segundos la hizo desaparecer. ¿Quién será esa mujer?
Después
de tantos miedos, ahora me tocaba a mí. Enfrente del boggart, que
estaba con la forma del anterior miedo, las piernas me empezaron a
temblar y respire con dificultad.
-Preparada
señorita Calaway-Dijo el profesor.
Yo
en respuesta me acerque al boggart. Y comenzó la agonía. En unos
segundos me rodearon cuatro paredes de cristal, y se cerraron
dejándome encerrada en la caja de cristal.
Me
empecé a poner nerviosa, porque sabía que esto era lo mínimo que
iba a pasar. Mire al profesor que me estaba haciendo señales para
que realizara el hechizo. Yo lo iba hacer, pero llego lo que más
temía, de debajo de mi surgió
agua, cada vez más y más. Quise hacer el hechizo pero no podía, me
quede congelada en pequeño espacio que tenía. El agua me llegaba a
la cintura, el profesor no hacía nada, y estaba nerviosísima.
¿Porque no me ayuda? ¿Me va a dejar aquí? Al ver que el profesor
lo único que hacía era hacer estúpidas señas, decidí chillar que
no podía hacer el hechizo que tenía miedo, que me castigara si
hiciera falta pero que me sacase de aquí.
Chille
y chille, pero no me oía, golpee el cristal con fuerza, pero no
pasaba nada, yo seguí golpeando, incluso que sangre de los nudillos.
El agua me llegaba al cuello, estaba flotando en la caja, quedaba
nada para quedarme sin oxígeno, chille golpee y nada. ¿Me iba a
dejar morir allí? El miedo incrementaba mientras el agua surgía.
El
agua lleno por completo la caja, yo estaba bajo ella. Estaba muerta
de miedo. Me
iba a quedar ya sin oxígeno. ¡Adiós mundo! cuantas cosas no iba
hacer…
CRASH
El
cristal se rompió, el agua inundo toda la clase, yo estaba tirada en
el suelo. Con un movimiento de varita el profesor metió al boggart
en el armario. Yo estaba mojada, no solo del agua de la caja sino por
las lágrimas de mis ojos. Estaba temblado no del frío del agua sino
del miedo. Respiraba con dificultad. El profesor se acercó a mí.
-¿Se
encuentra bien señorita Calaway?
No
pude contesta, estaba aterrada. Me levante del suelo y sin mirar a
nadie salí de la clase.
Me
fui directa a mi habitación, cuando llegue
me tire en la cama y llore hasta que me quede dormida.
Me
levante, estaba en la cama de mi habitación. Fui
directamente a la sala de estar, allí estaba mi madre.
-Cariño,
que pronto te has despertado-Dijo ella, estaba más joven.
-Sí,
es que el tío dijo que iba a venir y tengo ganas de verle- Dije
automáticamente. El tío…
-Tranquila,
vendrá ahora. Voy al servicio, ahora vuelvo.
Mi
madre subió las escaleras. Y yo seguía esperando a mi tío. Mi
querido tío Steve, hermano de mi padre. El mejor de todos, como un
padre para mí. Pasaron varios segundos que para mí fueron horas. No
podía esperar más. Así que decidí salir a buscarle. Abrí la
puerta y salí de la casa. El aire frío movió mis cabellos que eran
cortos, que raro después de… nunca había tenido el pelo corto.
Estaba
en la cima de la colina, entonces fue cuando lo vi, mi tío estaba
abajo de la colina al lado del pequeño lago. Estaba de espaldas a
mí, quería chillar su nombre, pero no lo hice, ya que él estaba
con dos hombres gigantescos, igual eran sus amigos.
Pero
me quedo claro que no cuando uno de ellos le dio un empujón y le
dijo algo que no entendí. Mi Tío se encaró a ellos, como siempre
hacia, la persona más valiente del mundo y la más fuerte. Sería el
mejor auror de la historia.
La
cosa se empezó a calentar, empezaron a pelearse, mi tío iba ganado
con diferencia. Pero los dos le agarrón por los brazos, eso no me
gustó nada. Estaba en apuros, le tenía que ayudar.
Así
que baje la colina como pude, esta resbaladiza y mis piernas no sé
por qué no eran como las de siempre, eran cortas y débiles. Llegue
donde ellos.
-Cassidy,
vuelve a casa inmediatamente-Dijo
mi tío nada más verme.
-Dejarle
en paz-Dije
con una voz suave y baja. ¿Dónde está muy voz chillona de siempre?
¿Y mi mal humor?
-Oh
que niña más guapa-Dijo uno de ellos, tenía una cicatriz al lado
del ojo.
-Si
es muy guapa-Dijo el otro-Además se parece muchos a ti-Dijo a mi
tío- ¿Es tu hija? Podemos divertirnos con ella un rato.
-Como
la toques te juro que te mato-Dijo mi tío forcejeando más.
-Tu
a quien vas a matar, si tu vida acaba aquí-Dijo el hombre de la
cicatriz, entonces los dos le acercaron al lago.
Yo
grite, me acerque a ellos para detenerles, no podían matar a mi tío
así como así. El seguía forcejeando pera eran más fuertes. Tire
del uno de ellos.
Él
se dio la vuelta y me cogió del cuello de la camiseta y me levanto
del suelo.
-Suéltala-
rugió mi tío. Y ese fue el peor error que pudo cometer mi tío,
este despiste hizo que hombre la cicatriz le cogiera de la cabeza y
se la sumergiera en el agua.
Yo
todavía con los pies en el aire, chille como nunca.
-Ayúdame-Dijo
el hombre de la cicatriz.
El
otro me tiro, yo intente levantarme lo más rápido que pude, volví
donde ellos. El hombre que me había agarrado, volvió a cogerme de
la camisa, pero esta vez me dio un gran golpe en la cara, tan grande
que me desplome al suelo. Veía borroso, mi tío seguía pataleando.
Quise levantarme pero no podía el golpe me había dejado K.O, ¿cómo
ese estúpido golpe me ha dejado tan mal? Peores he tenido en mi
vida.
Mi
vida… como iba a ayudar a mi tío si tenía… 7 años. Mi cuerpo
infantil temblaba, me volví a levanta, mi tío estaba muriéndose,
pero antes de llegar donde ellos, uno de los dos me volvió a
golpear, no una vez sino cuatro veces. Volví a estar en el suelo, no
estaba inconsciente, pero casi no me podía mover,
oí a mi tío dejando de patalear y a ellos dos triunfantes y después
reino el silencio. Varios minutos tirada en el suelo, mi cuerpo me
dejo levantarme, mi tío estaba allí, debajo del agua. Lágrimas y
lágrimas recorrían mis mejillas. ¡Ha sido culpa mía! No pude
hacer nada, incluso le distraje… murió por mi culpa.
Decidí
a acercarme al cuerpo. Estaba a escasos centímetros de él cuándo:
-Cassidy-Mi
padre estaba en la cima de la colina, bajo la cuesta corriendo y se
acercó a mí- ¿Dios que te ha pasado?-Seguramente me lo preguntaba
por las marca de mi cara, pero ahora no te preocupes por mí.
Yo
no pude ni decir eso, solo lloraba como una niña de mi edad. No
podía ni disculparme.
-¿Qué
ha pasado?-Pregunto esta vez otra voz.
-Llévate
a Cassidy a casa Stan, y dile a Daian que venga.
El
pequeño Stan me cogió en brazos y me llevo a casa .En casa, mi
madre alteradísima, se fue donde le dijo Stan. Stan se quedó
conmigo en el sofá, yo seguía llorando.
-¿Cassisy
están bien? Me preguntaba una y otra vez mientras pasaba un algodón
a mis heridas.
¿Por
qué me preguntan cómo estoy yo? Él es más importante.
-Está
muerto-Fue lo único que pude decir antes de que desmayara.
Me
desperté de sobresalto, seguía llorando. Hacía
tiempo que no soñaba con lo que paso. Y hacía años que no hablamos
del tema. Mis padres quisieron llevarme a un psicólogo pero me
negué, ¿qué iba hacerme? No iba solucionar mi problema, no iba a
resucitar a mi tío. Desde es momento quise ser fuerte, para proteger
a los que quiero, la dulce y tímida Cassidy murió ese día, incluso
mi pelo corto. Nunca volví a cortarme el pelo. El pelo corto
representa una etapa triste de mi vida que no quería recordar.
Mi
cama estaba empapada, me levante y con toque de varita lo seque,
luego me seque yo.
Y
me volví a sentar en ella, no podía de dejar de pensar en su
cuerpo inmóvil bajo el agua. Desde entonces me aterraba el agua,
nunca aprendí a nadar y creo nunca lo haré, nunca me meteré en una
piscina, ni en el agua del mar y menos en un lago. Mi mirada seguía
perdida, hasta que algo llamo mi atención: Natalie estaba allí, a
los pies de mi cama.
-¿Cómo
te encuentras?
-Bien-Mentí.
Me
miro de arriba a abajo- Yo creo que no.
Yo
me quede en silencio.
-¿Qué
paso en clase? ¿Por qué te bloqueaste?
-
Un fallo técnico, te dije que nunca me había enfrentado a un
boggart-Intente desviar el tema.
-Pues
a mí no me pareció ningún fallo técnico, ni a mí ni a todos.
Estabas aterrorizada.
-Bueno…
todos tenemos miedos, no? Los míos no son tonterías-Chille enojada.
-
No lo tuyo no es ninguna tontería. Por eso tendrías que hablar con
alguien, no es bueno que te quedes con eso dentro, el profesor
Thurton pude ayudarte.
-Ese
que casi me deja morir, estas mal. Además estoy bien, llevo años
con esto y es mejor así, no quiero contarle nada a nadie.
-Pero
Cassidy, no puedes guardártelo e huir del problema porque al final
te alcanzara, como ha hecho hoy.
Hay
tenía razón, no podía huir y menos de eso.
-Tienes
razón.- me quede callada, como se lo iba a contar. Igual me odiaba,
no pude salvar a mi tío.
-Pues
contar conmigo para lo que necesites.
Eso
me hizo fuerte y se lo conté todo. Lo que paso, como luche por mi
tío, como no lo conseguí, como me sentía y como lo pasaron mis
padres. Nunca había visto a mi padre tan triste.
-Eras
una niña, no podías hacer nada. E hiciste mucho para ser una
niña-Fue lo primero que dijo.
-Pero
está muerto… es mi culpa.-Volví a llorar
-No
Cassidy, fuiste muy valiente
-
Le quería tanto. Iba ser el mejor auror de la historia- Lloraba con
más intensidad.
-Cassidy-Me
abrazo- Lo has tenido que pasa horrible, no te lo mereces.
-Todos
lo que quiero se alejan, mi tío, Stan, Adam…
-Tienes
a tus padres, a Jerry y a mí. No te vamos a dejar.
Seguía
llorando, me sentía desgraciada. Pero contar todo a Natalie y sentir
su apoyo me ayuda muchísimo. Para que necesitar un psicólogo
estando Natalie.
Después
de varios minutos llorando y en silencio.
-¿Vamos
a comer?-Pregunto ella todavía abrazándome.
-Ahora
no tengo hambre, me quedare aquí un rato, si eso luego bajo.
-Vale-Se
levantó de la cama y me di un beso en la frente-Ahora vengo.
Antes
de dirigirse a la puerta.
-Natalie
gracias.
-De
nada, para eso están las amigas-Sonrió con esa angelical sonrisa.
Se
fue y me dejo en la habitación sola.
Entrada
al Gran Comedor.
-¿Cómo
se encuentra?-Pregunto Jerry nada más llegar Natalie.
-Ahora
bien. Lo ha pasado fatal- Entonces Natalie le conto más o menos la
historia a Jerry.
-Por
las barbas de Merlín. Pobrecita, no sé cómo lo ha aguantado tanto
tiempo sin explotar.
-Es
muy fuerte, además se sentía culpable.
-Eso
sí que no lo entiendo, que quería tenía 7 años, no es como ahora
que nadie se atrevería a tocarla sin recibir un regalito en su cara.
-
Lo sé-Dijo apenada.
-
Hola-Saludo Sam que se acaba de unir a ellos con Adam.
Los
dos saludaron sin ganas.
-Jerry
¿Y Cassidy? ¿Cómo está?
-Está
en la habitación, no quería bajar. Está bien-Dijo el
-
¿Porque no quiere bajar? Era un poquito de agua- Dijo arrogante Adam-
No es para tanto.
-Un
poquito… casi se ahoga-Replico Nat
-Porque
ella lo dejo. Podía haberse deshecho de esa agua sin pestañear, no
era tan difícil.
-Difícil-Chillo
Nat- Como tienes la cara de decir eso, tú no tienes miedo a nada. O
si de ella. ¿Y por qué? Porque casi te rompe la nariz o porque
eres un estúpido que no sabe tratarla como se merece. Porque lo tuyo
no tiene nombre. La tratas fatal y luego la besas ¿para qué? Para
hacerla más desgraciada diciendo que no ha sido nada.
-¿La
has besado?- Pregunto Sam alucinando- Eso no me lo has dicho.
Adam
no contesto, pero
Natalie siguió.
-Deberías
dejarla en paz. Ni acercarte a ella. Para lo que haces, mejor estar
lejos.
Cuando
Natalie callo, el ambiente se heló. Todos se quedaron callados.
-Vámonos
Jerry, tengo hambre- Dijo Natalie- No aguanto más aquí.
Nat
se marchó.
-Ya
te vale-Dijo Jerry a Adam, antes de irse- Al final todos te vamos a
odiar.- Y este también se fue dentro.
Solo
quedaron Sam y Adam en la entrada. Adam no dijo nada.
-¿Qué
genio? No sabía que Natalie era así. De Cassidy me lo esperaría,
pero ella…-Dijo Sam.
-Estaba
protegiendo a su amiga, es normal-dijo Adam
-Pues
me gusta, me gusta mucho- Dijo Sam con una sonrisa pícara.
-¿Que
la habrá pasado?- Pregunto Adam
-No
creo que a ti te lo cuente.
-Lose,
soy lo peor.
-Bueno
tío- Empujo a Adam-Vamos a comer, que quiero ver la cara de Natalie
enfadada, no me había fijado en lo guapa que es.
Habitación
de Cassidy.
Mis
tripas rugían, pero no me quería enfrentar a todas las miradas del
colegio. Pero era eso o morir de hambre, y otra vez no quería estar
a punto de morir. Así que me levante de la cama, me limpie las
lágrimas y me fui al Gran Comedor.
Llegue
al sitio, abrí las gigantescas puertas de maderas. Y como no todos
me miraron, yo no hice caso y me dirigí a mi sitio junto a Natalie y
Jerry. Mientras me dirigía ahí, el estúpido grupo de Bianca, se
empezaron a burlarse de mí. Poniéndose las manos en la garganta
como si se estuvieran ahogando. Jack les daba codazos para que
pararan, pero no lo hacían. Yo en ese momento me limite a mirarles
con odio, pero en realidad lo que quería hacer era coger un trozo de
pan o cualquier cosa y arrojársela encima y luego darle patadas sin
parar. Pero no lo hice me limite a mirarles y me fui a mi asiento. La
comida paso sin ningún problema.
Salimos
del Gran Comedor, cuando una mano me agarro por el codo y me saco de
la muchedumbre.
-Señorita
Calaway, ¿puedo hablar con usted?-Dijo el profesor Thurston.
-Vale-Me
limite a decir.
-En
mi despacho dentro de 10 minutos-Dijo y se fue.
-Cassidy,
¿Qué quería?-Pregunto Nat mientras se acercaba a mí con Jerry.
-Hablar-dije.
Despacho
del profesor Thurston.
-¿Puedo
pasar?-Pregunte.
-Claro,
adelante.
Entre
en su despacho, un despacho normal y corriente. Un poco sombrío para
mi gusto, no tenía ninguna foto, ni suya ni de su familia. ¿Tendría
mujer e hijos? Me senté en la silla enfrente de él.
-¿Sabes
porque está aquí?
Asentí.
-Lo
de esta mañana no debe repartirse nunca, cuando salga del colegio no
puede permitirse este error. Pude morir.
Me
estaba echando la broca, lo que me faltaba. No se pude tener miedo
aquí, ¿o qué?
-Sé
que es duro enfrentarse a un miedo. Y sobre todo si es como el suyo.
Ver a una edad temprana como muere una persona que ama, es horrible.
-Pero…
¿Cómo sabe usted eso?
-Sabía
que Steve Calaway murió ahogado, lo demás me lo supuse.
-Que
suspicaz-Dije en voz baja.
-Se
parece mucho a él. Metiéndose en líos, siempre en el centro de
atención, inteligente, bromista…
Cada
vez alucinaba más ¿Cómo sabia tanto de mi familia?
-Tuve
el placer de conocerle en Hogwarts-Su ironía retumbo por todo el
despacho- Sé que no tendrá ganas de contar nada, y menos a mí.
Pero le aconsejo que focalice ese miedo por el agua por algo que
pueda vencer, así podrá vencer al boggart. Sé que no solucionara
el problema pero le ayudara a no morir por una bestia tan patética
como un boggart.
-De
acuerdo-no sabía cómo lo iba hacer.
-Mañana
volveremos con la práctica, espero que este lista.
-Lo
estaré- Lo dije no muy convencida. Me levante del asiento y me fui a
la puerta. Antes de salir- Gracias profesor.
-De
nada-Dijo el con su cara avinagrada.
Fuera
de allí, me tenía que ir donde la profesora Trelawney para seguir
con nuestras cosas adivinatorias. No me apetecía ir, así que no
fui. Mañana me enfrentaría a ella y a sus chaladas. En lugar de eso
me fui a mi habitación a pensar como focalizar ese miedo en algo que
pudiera vencer.
Mañana
siguiente.
Ya
estaba otra vez en clase de Defensa contra las Artes Oscuras. Los
bancos no estaban, solo estaba el pequeños armario de madera. Todos
habían pasado sus miedos, solo faltaba yo.
-Señorita
Calaway, es usted la siguiente-Dijo con su voz profunda el profesor.
Yo
di un paso adelante, ya sabía cómo focalizar mi miedo. Algo que
ahora si podía vencer.
El
boggart empezó a transformarse y con éxito se transformó en lo que
quería.
-Buenos
días señores-Dije a los dos hombres que mataron a mi tío.
Ellos
claramente no me contestaron, ahora si podía vencerles o por lo
menos intentarlo en las mismas condiciones. Me prepare con Stan me
enseño, con los puños arriba ellos se acercaron a mí, y ahí es
donde empezó el espectáculo.
Muy
lentos, estaba
claro que lo fueran porque al ser tan grandes. Fácil de esquivar.
Para haber estado tanto tiempo sin una lucha en condiciones lo estaba
haciendo muy bien.
Aunque
fueran dos los controlaba bien, pegaba a uno mientras el otro se
recuperaba del otro golpe, el armario pequeño de madera sufrió
bastante porque uno salió volando hacia ahí rompiéndolo en el
acto. También algunas cosas de la clase sufrieron mi ira. La pelea
la estaba ganando con diferencia, como la habría hecho mi tío si no
hubiera pasado lo que paso. Después de varios minutos para mí
divertidos, decidí llevar la cosa un poco lejos, sabía que ellos no
eran ellos, pero tenía que soltarlo. Ahí fue cuando cogí mi
cinturón y se lo enrosque al hombre de la cicatriz en el cuello (era
el que más cerca tenia, el otro estaba intentado levantarse al lado
del armario roto). Como era normal el empezó a forcejear.
-¿Cómo
se siente al estar cerca de la muerte? Desaparecer para siempre,
dejando a las personas que quieres. Dejando a una sobrina que hizo lo
imaginable para salvarte, llena de marcas en la cara, y sintiéndose
culpable durante toda su vida por no salvarte. ¿Te gusto?
¿Disfrutaste al causar tanto dolor?-Las lágrimas volvieron a mis
ojos, estas eran de ira- ¿Te sientes orgulloso, cobarde? Créeme si
hubieras hecho eso ahora te hubiera matado sin pestañear. ¿Y porque
él? Iba ser el mejor auror y se lo fastidiaste, tú y tu amigo.
Miserable- No podía dejar de llorar, el hombre de la cicatriz no se
movía. No podía estar muerto era un boggart, ellos no se morían,
se debilitaban con el hechizo Ridiculus.
Así que solté y cayó al suelo. El otro por fin se recuperó y fue
hacia mí, pero antes de que se diera cuenta le cogí del cuello y se
lo partí, este tampoco estaba muerto, solo cayó al suelo.
Con
ellos dos en el suelo, ya era hora de formular el hechizo. Aunque
después de eso no tenía muchas ganas de pensar en algo cómico, me
seque las lágrimas y dije:
-Ridiculus-
Entonces les aparecieron unos tutus rosas y unos moños en la cabeza.
El
profesor Thurston con su varita llevo al boggart a un baúl.
-Perfecto-Dijo
el, no sé si estaba alucinando o con miedo de mí.
Yo
intente poner cara de buena niña, pero después de eso ya nunca lo
seria.
-Parece
que mi consejo la ha ayudado-Yo asentí agradecida- Pues… -Se quedó
en silencio unos segundos- Está castigada, por mentirme respecto a
sus habilidades de lucha.
-
De acuerdo, este ha sido el mejor castigo que me han podido dar-Dije.
Me
di la vuelta, y me reuní con mis compañeros. Allí, Natalie me
abrazo y Jerry dijo:
-Recuérdame
que nunca te enfade. NUNCA aprecio mi vida.
-Esa
ahí-Dijo Sam alzando los brazos para que chocara las palmas con él.
Adam
no dijo nada solo se quedó observándome, su expresión era
ilegible.
Luego
note como una mano me cogí la mía, ese era Jack. Se acercó a mi
oído y dijo en voz baja: Increíble,
ahora me gustas mucho más.
Bianca
y su grupo, no dijeron nada. Esta vez les había dejado sin habla.
Pero la mirada inquisitoria de Riley no pude dejarla indiferente.
Esta
mañana había dejado a todos con la boca abierta, incluso a mí.
Campa
cerca del lago, 10 de la noche.
La
campa estaba desierta, solo estaba yo. Necesitaba
estar sola después de todo lo que ha pasado. Dar esa paliza al
boggarts me alivio y con eso me di cuenta de que no fue culpa mía lo
que le había pasado a mi tío. Pero el miedo al agua todavía estaba
presente. Mire al lago, y la piel se me puso de gallina, creo que
nunca lo superare. Si mi tío estuviera vivo se reiría de mi por
tener miedo, pero no estaba… cuanto lo echaba de menos.
-¿Qué
haces aquí sola aquí?-Dijo una voz detrás mío.
Me
gire y era Adam.
-Descansando
de todas las miradas.
El
sonrió y se sentó a mi lado.
-No
me extraña, esta mañana estuviste fabulosa.
-Tampoco
es para tanto, además me he ganado un castigo.
-Pues
a mí me has parecido muy valiente. Después de lo que paso. Ver
morir a tu tío con siete años, e intentar salvarle y no poder. Es
muy duro.
-¿Pero
cómo sabes eso?- todo el mundo se enteraba…
-
Chillaste unas cosas que me hicieron pensar y Jerry ayudo a encajar
las piezas sueltas.
-Jerry…
menos mal que aprecia su vida. Cuando le pille-Dije furiosa.
-No
le digas que te lo he dicho. Me costó mucho convencerle, casi me
pega.
-
Vale…-Dije poco convencida.
-
Jerry y Natalie están furiosos conmigo. Me pase esta mañana.-Dijo
triste.
-¿Qué
paso?
-Me
pases de la raya-Se limitó a decir-Y lo siento enormemente.
-Siempre
metiendo la pata, porque no me sorprende.
-
Lo siento-Dijo otra vez.
-Con
un lo siento no se arreglan las cosas-Dije
-Lose
por eso voy a hacer esto-Dijo mientras se levantaba y me cogió del
brazo me levanto a mí también. Me arrastro hacia el lago.
-¿Qué
estás haciendo?
Él
no me contesto.
-Espero
que esto ayude a que me perdones todas mis tonterías.
A
escaso centímetros de la orilla del lago, se paró. Me miro y se
quitó los zapatos, la corbata, el jersey y la camisa. Se quedó con
el pecho descubierto, se me había olvidado el torso tan bonito que
tenía. Y dijo:
-Quítatela.
-¿Qué?-Pregunte
sorprendía, pero me podía imaginar a que se refería, así que
mientras le preguntaba me abrace el cuerpo.
-La
ropa-Dijo como si
nada.
-Crees
que violándome te voy a perdonar.
-
A la no exageres, no pienso hacerte eso. Quítate la ropa y veras.
-
No, estás loco. Hace un frio…
-Por
el frio no te preocupes.
-Me
da igual no me voy a quitar la ropa.
Soltó
uno de eso bufidos suyos cuando yo no quiero hacer algo que él
quiere. Se acercó a mí.
-Entonces
te la quito yo- Y sin darme cuenta me cogió una pierna, y me quito
un zapato, yo para no caerme me estuve que coger a su hombro, hizo lo
mismo con la otra pierna.
-¡Para!-Proteste
yo.
Pero
siguió, me quito la corbata y el jersey. Volví a quejarme. Admito
que podía hacer algo mas como pegarle una paliza, pero era él y me
estaba desnudado no me salía hacer eso.
Luego
con un movimiento me quito el cinturón y la falda. Yo me quede solo
con la camisa y con los calcetines. Estábamos
medio desnudos enfrente del lago. Yo estaba helada.
-Tengo
frio, ¿Qué vas hacer?-
Pregunte ya enfadada.
-Quitarte
ese miedo al agua.
-¡Que!
NO-Chille. Intente huir pero él fue más rápido. Me cogió de la
cintura, me acerco a él. Estábamos frente a frente.
-
Sube-Dijo. Yo no lo hice, no quería.- Como quieras- Entonces me
levanto- Un consejo como no te sujetes te vas a ahogar- Ando hacia el
lago, ya estaba en la orilla. Yo chille y patalee, pero no me hizo ni
caso y siguió a lo suyo. Cuando note el agua en mi piel, decidí que
era mejor agarrarme a él. Así que puse mis piernas alrededor de su
cintura y me agarre a su cuello.
-Así
me gusta-Dijo el complacido.
Nuestros
cuerpos ya estaban dentro del agua, estaba helada. Al estar tan fría
me acerque mucho más a Adam. El agua estaba helada, yo estaba
congelada pero el… no. Increíble, esa temperatura corporal no es
normal. Hubo un momento que no sabía si el cuerpo me temblaba por el
frio, el miedo o por tener tan cerca.
Él
estaba flotando conmigo en el agua sin decir nada. Yo también estaba
en silencio. Estuvimos así hasta que el rompió el hielo.
-¿Que
tal vas?
-Bueno…
con ganas de salir.
-¿Porque?
-El
agua está congelada y tengo un poco de miedo-Confesé.
-No
te pasara nada, no te soltare.
-
Más te vale. Y así quieres que te perdone.
-Es
una disculpa un poco extraña- Admitió-Pero pensé que si superabas
este miedo estarías mejor emocionalmente, no me gusta verte mal.
-
Claro, tú tienes que hacerme sentir mal sino no vale- Dije borde,
me estoy pasando un poco, pero es que se lo merece. No siempre voy a
estar a buenas con el después de que me trate mal.
-Lo
siento-Dijo pero no le mire-Mírame- Me cogió de la barbilla para
que le mirara- Me mata verte mal y sobretodo, cuando te trato mal. Me
duele tanto, que a veces me falta el aire para respirar. Nunca me ha
dolido tanto el corazón. Lo siento.
Me
emocionó. No sabía cuándo Adam decía algo en serio, pero esta vez
estaba completamente segura que me decía la verdad.
-Te
perdono-Dije al fin.
Una
sonrisa se dibujó en su hermosa cara.
-Gracias.
-De
nada, pero ¿podemos salir? Creo que si seguimos aquí no llego al
siguiente curso.
El
asintió, y nado hacia la orilla.
En
la orilla, nos secamos y nos pusimos las ropas. Mientras nos poníamos
la ropa, Adam no dejaba de mirarme sonriente.
-Vale,
te he perdonado pero me no me mires así. Me pones nerviosa.
-Perdón.
Es que estoy feliz. Te prometo que no te tratare tan mal. Me da igual
lo que diga yo puedo controlarlo.
Eso
último no entendí lo que quería decir.
-Decir
¿Quién?
-Oh
nada…Vamos estarás cansada.
En
aquel tiempo tiro de mí y empezó a correr.
-Me
metes en agua congelada y ahora me haces correr. Tú quieres que me
resfrié ¿verdad?, con esto te refieres a no te tratare tan mal.
-Puede
ser…
-Nunca
llegare a entenderte.
No
me contesto, y corriendo nos dirigimos a la Sala Común.
Y
acerté a la mañana siguiente me levante resfriada.
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