martes, 10 de mayo de 2011

Capitulo 15: La gota que colmo el vaso

Me trata mal, me rechaza, me insulta y ahora se burla de mi. Pero qué es esto!!!. Adam lleva cuatro días haciéndome  bromas que no tienen nada de gracia. Si quiere demostrar que no estaba celoso ya lo hizo cuando me dijo esas cosas, ahora no gana nada haciéndome esto. No lo soporto más, he aguantado lo suficiente como me vuelva a hacer algo mas no respondo.
El día ya está terminando, solo me quedaba la clase de encantamientos. Que ganas y lo más sorpréndete es que Adam no ha hecho ni dicho nada, que estará planeando?
Natalie y yo llegamos las últimas a la clase de encantamientos y eso se notó, ya que solo quedaba un sitio y el peor que puede existir enfrente de Sam y Adam. Natalie me miro con preocupación, aunque a ella ponerse en ese sitio le encantaba sabía que yo lo odiaba, pero como no había más sitios que podía hacer yo. Nos acercamos y nos sentamos en las sillas, Nat se puso detrás de Sam y yo detrás de Adam, abrí mi mochila y la deje en el suelo, el profesor Binns llego al instante y la clase empezó. La clase fue muy interesante, el profesor nos enseñó varios encantamientos muy útiles para salir discretamente de una situación peligrosa o embarazosa. Antes de practicar los encantamientos, dijo:
- Antes de comenzar a usar las varitas tengo que ausentarme unos minutos. No tardare, espero que seáis lo bastante maduros para no armar gáleo, que ya sois mayorcitos- Entonces se bajó de su gran silla y se marchó de la clase.
- Pobre hombre tiene que hacer sus necesidades- Dijo Sam
Pude oír como Adam se reía, esa estúpida risa. Luego empezaron a hablar de sus cosas, así que desconecte, en realidad no me interesaba. Me quede callada, no sabía que decirle a Nat, además estando estos dos detrás no me atrevía a decir nada. Vi como Jerry nos miraba desde la segunda fila, nosotras le saludamos, Jerry me miro con la misma cara que me había mirado antes Nat, yo le hice un gesto para que no se preocupara. Luego hubo un gran silencio a nuestro alrededor. Adam y Sam estaban callados, me pareció raro. Ya había llegado el profesor. Mire hacia atrás, pero no había llegado, pude observar la causa de su silencio Adam estaba leyendo un papel con gran interés y Sam estaba a su bola para no molestarle. Así que me gire.
- Tengo ganas de verte, no sabes cuánto te echo de menos- Dijo Adam
EH?? A quien les estaba diciendo eso
- Cada día que pasa, creo que este no es mi sitio y quiero volver a vuestro lado, pero sobre todo al tuyo- Volvió a decir
Dios santo!!! No puede ser lo que estoy oyendo. Cogí mi mochila, mire adentro, no estaba.
La carta que le escribí a Stan el día en que Adam me humillo no estaba, la carta que era super empalagosa y romántica no estaba, la estaba leyendo en alto.
- Extraño tus palabras, extraño tu voz, extraño tus tontería… simplemente te extraño. Solo cuento los días para que nos volvamos a ver-Dijo de nuevo.
Me voltee para verle la cara, él se dio cuenta y dejo de leer para decir:
- Que cursi eres!! No me extraña que pase de ti.
Oí como media clase se reía, no tenía ninguna gracia. Podía meterse conmigo, incluso humillarme pero meter a Stan en esto no lo consiento
- Dame la carta- Dije intentando no parecer furiosa, seguramente no lo conseguí
- No
- Dámela- Dije casi gritando
- No- dijo mientras se levantaba de la mesa. Yo también me levante y me puse enfrente suyo.
- Que me la des!! - Chille, creo que todo el colegio oyó mi grito.
Rio, cogió la hoja e hizo un gesto para volver a leer. No lo iba a permitir, con eso no se juega, con Stan no se juega. Ya estaba harta, esto era la gota que colmaba el vaso. Entonces le di un puñetazo con todas mis fuerzas en el estómago, él se encogió un poco y yo pude coger la carta.
- Eres un cabronazo- Chille otra vez
PLAF
Y le di una bofetada. Me quede tan a gusto. Quería volver a pegarle. Pero oí una voz a lado mío:
- Señorita Calaway, se pueden saber ¿qué está haciendo? ¿ Que hace chillado y pegando a un compañero?. Me pensaba que usted era lo bastante madura para quedarse callada durante unos minutos. Con esta actitud nunca saldré de la clase. Además está castigada, no puede pegar así a sus compañeros, ¿Que le han enseñado sus padres? Y 30 puntos menos para Gryffindor.- Se oyeron varias quejas de alumnos de Gryffindor, pero sobre todo las de los miembros del club de fans de Adam.
Fulmine con la mirada a Adam y me senté en mi sitio. Me defiendo y me castigan, ya es la segunda vez que me pasa.
La clase avanzo, yo sinceramente no me entere de nada, paso de una clase entretenida a una horrorosa. Por fin sonó el timbre y termino mi condena. Antes de dirigirme a la salida tuve que hablar con el profesor para saber cuál era mi castigo, limpiar esa clase durante dos semanas. Después de haberme condenado me fui de clase y vi a Nat y Jerry fuera esperándome. Se acercaron y nos dirigimos a la sala común, ninguno dijo nada. Cuando llegamos, yo me fui a mi habitación, mientras ellos se quedaban atrás. Llegue a mi habitación, no había nadie, con este día tan bueno quien se iba a quedar en la habitación.
Y me senté en el suelo, al lado de mi cama.

Termino la tarde y empezó a oscurecer, cene y me fui a limpiar la aula de encantamientos. Fue un trabajo muy duro ya que el aula era enorme y además lo tenía que hacer yo sola. Cuando termine era tardísimo, tanto que no había nadie en la sala común, al no haber nadie aproveche y me senté en el sofá. Abrí mi mochila y cogui la carta de Stan, la abrí y la leí una vez más, lágrimas descendieron por mis mejillas. Me sentí muy triste. Entonces tire la carta al fuego, para que nadie más pudiera leerla, además nunca se la hubiera mandado ya que sé que lo que él  siente por mí no es lo mismo que yo siento por él. Pensé que con Adam…. Que estupidez. Al él nunca le he gustado, ni siquiera le e caído bien .Pero sé que de esta no se va a librar, esto es la guerra, una guerra en la que como me llamo Cassidy Callaway voy a ganar. Cogui mi mochila y me dirigí a dormir, mañana tendré que pensar mi gran venganza.

Pero Cassidy no es dio cuenta de que alguien la estaba observando mientras lloraba, ese alguien era Adam, que empezó a sentirse un poco culpable.



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